PLANIFICACIÓN PASTORAL
Una Metodología
Estos Encuentros Internacionales de Formación (EIF) suelen
desarrollarse en cuatro etapas:
A) Percibir las "necesidades y aspiraciones" de aquellos a quienes deseamos servir,
B) Descubrir sus "necesidades básicas"
C) Identificar los "puntos críticos" - el diagnóstico -
D) Ponerse de acuerdo sobre las "líneas de acción"
o "prioridades apostólicas".
Es de esperar que este "modo de proceder" no sólo
sea un instrumento utilizado en el EIF para que el encuentro se
desenvuelva de forma ordenada y eficaz, sino que se vuelva una
actitud permanente de cada miembro y comunidad a lo largo de la
puesta en práctica del plan quinquenal; una manera habitual
de "estar atentos a nuestros hermanos, abiertos a las mociones
del Espíritu".
A.- Percibir las "necesidades y aspiraciones"
de aquellos a quienes deseamos servir
La planificación pastoral se basa en la experiencia más
que en análisis globales de la situación. Observando
a aquellos a quienes deseamos ayudar, escuchando sus "gritos",
podemos descubrir sus necesidades y aspiraciones. La pregunta
que se plantea es: Cuáles son las necesidades y aspiraciones
de aquellos a quienes deseamos ayudar?
Esta encuesta se lleva a cabo, normalmente, antes del encuentro.
Los participantes preparan, individualmente o por delegaciones,
un informe. Evidentemente, antes de lanzar la encuesta, es preciso
definir claramente los campos de servicio: jóvenes, familia,
catecismo, formación CVX...
También es importante formular el objeto de la encuesta,
teniendo en cuenta el uso que se hará de ella durante la
sesión. Podrían inspirarla las preguntas siguientes:
1. ¿Cuáles son las necesidades y aspiraciones de la gente en este campo concreto?
2. ¿Qué respuestas hemos dado a estas necesidades?
3. ¿Con qué resultado? (Obstáculos, logros)
4. ¿Cómo evaluamos nuestras respuestas a estas
necesidades?
Los informes, o un resumen de los mismos, son distribuidos a los
participantes y constituyen el material principal de la primera
etapa del encuentro, dedicándoles un día entero.
Después de la lectura meditada de los informes, durante
uno o varios plenarios, cada delegación explica el contexto
en el que ha trabajado la comunidad nacional, lo que permite
una mejor comprensión de sus informes. Reunidos en talleres,
los participantes responden a dos preguntas:
1. ¿Qué necesidades les han impactado más en los informes?
2. ¿Qué sugerencias proponen para mejorar la síntesis
de los informes?
B. Descubrir sus "necesidades básicas"
La segunda etapa lleva a una percepción más profunda
de las necesidades y aspiraciones de aquellos a quienes deseamos
ayudar. "Básica" quiere decir que muchas necesidades
y aspiraciones son, en realidad, expresión de una necesidad
o aspiración más profunda. Es decir, tienen un raíz
dentro. Si esta necesidad o aspiración encontrase una respuesta,
las otras quedarían automáticamente resueltas.
El trabajo consiste, por lo tanto, en: Escoger las tres o cuatro
necesidades que ustedes consideran básicas.
C. Identificar los "puntos críticos"
- el diagnóstico -
Un punto crítico es una situación concreta, ya
en marcha, cuyo desenlace es previsible y los riesgos inevitables
a no ser que alguien intervenga. En otras palabras, se trata
del gran desafío con el que, tal vez, la CVX está
llamada a enfrentarse en este campo de servicio.
Identificar un punto crítico lleva consigo, de hecho, hacer
un diagnóstico de la situación, teniendo
en cuenta las necesidades básicas, los recursos de la Iglesia
local, los de la CVX y la misión específica que
el Señor confía a la CVX. (Este es el momento propicio
dentro del programa del encuentro para un día de reflexión
y de oración).
En cada campo de servicio suele haber, normalmente, dos o tres
puntos críticos solamente.
D. Ponerse de acuerdo sobre las "líneas de acción"
de la CVX - Las prioridades apostólicas -
Una vez definidos los puntos críticos, se pueden formular
algunas soluciones. Los puntos críticos, por su misma naturaleza,
están relacionados con la acción. Por lo tanto las
respuestas adecuadas estarán también orientadas
a la acción. La pregunta que se propone es: ¿Cuáles
son las mejores respuestas que la CVX puede ofrecer a estos puntos
críticos?
A cada punto crítico debe ofrecerse una línea de
acción; sin embargo, es posible que una línea de
acción dé respuesta a más de un punto crítico.
Una línea de acción (o prioridad apostólica) comprende:
- una serie de acciones - ¿Qué hacer?
- los ideales que las inspiran - ¿Por qué hacerlo? ¿De qué modo?
- los objetivos o resultado que se desea obtener - ¿Con
qué objetivo?
Las acciones previstas son formuladas de una manera suficientemente
clara y concreta, pero no demasiado. Las comunidades locales son
las que concretizarán las líneas de acción
cuando traten de ponerlas en práctica por medio de proyectos
y programas bien definidos.
Las líneas de acción constituyen el plan quinquenal
de la comunidad y, por lo tanto, se mantienen inmutables durante
ese espacio de tiempo. Mientras que los proyectos y programas
puntuales son evaluados regularmente, y si es necesario, ajustados
en consecuencia.