(Eucaristía del 30 de julio)
Lectura del Profeta Jeremías (18,1-6).
Palabra del Señor que recibió Jeremías: "Levántate
y baja al taller del alfarero, y allí te comunicaré
mi palabra". Bajé al taller del alfarero, que estaba
trabajando en el torno. Le salía mal una vasija de barro
que estaba haciendo (como pasa al barro en manos del alfarero),
y volvía a hacer otra vasija, según le parecía
al alfarero. Entonces me vino la palabra del Señor: "¿Y
no podré yo trataros a vosotros, casa de Israel, como este
alfarero? - oráculo del Señor. Mirad: como está
el barro en manos del alfarero, así estáis vosotros
en mi mano, casa de israel. PALABRA DE DIOS
Evangelio [Mateo 13, 47-53]
Lectura del santo Evangelio según san Mateo,
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:
"El Reino de Dios puede compararse también a una red lanzada al mar, que se llena de toda clase de peces. Cuando la red está llena, los pescadores la arrastran a la orilla y se sientan a escogerlos: ponen los buenos en cestos y desechan los malos.
Así sucederá al fin del mundo: los ángeles saldrán a separar los malos de los buenos. Y arrojarán a los malos al horno encendido; allí llorarán y les rechinarán los dientes".
Jesús les preguntó: "¿Habéis entendido todo esto?"
Ellos contestaron: "Sí".
Y él añadió:
"Cuando uno de vuestros maestros de la Ley se hace discípulo del reino de Dios, viene a ser como un amo de casa quede sus pertenencias saca cosas nuevas y cosas viejas".
Cuando Jesús acabó estas parábolas, partió
de allí. PALABRA DE DIOS
homilía
(Chris): "Christine y yo deseamos compartir con ustedes dos
observaciones o visiones de la escritura que tienen una resonancia
en nuestra experiencia durante esta Asamblea. La primera es que
Dios está actuando en nuestras vidas. Dios nos está
configurando, moldeando, formando. Concretamente, Dios está
"trabajando como un alfarero en el torno" en nuestros
talleres, en nuestras puestas en común y en nuestra oración.
La segunda es que al moldearnos, Dios nos toma en sus manos allí
donde nos encontramos. Dios nos acepta como somos. Con nuestros
debilidades, nuestros fallos, nuestras imperfecciones individuales
y como CVX, Dios sigue configurándonos y moldeándonos.
Dios no se cansa de nosotros. "Cuando le salía mal
una vasija de barro, volvía a hacer otra vasija, según
le parecía al alfarero". Dios se ha comprometido con
nosotros, trabaja con nosotros, y nos transforma. En este contexto,
Cristina desea compartir con ustedes cómo todo esto se
ha vuelto concreto para ella en estos días de la asamblea".
(Christina): "Les voy a contar mi historia y creo que también
es la de ustedes. ¿Han visitado ustedes la capilla de la
Santa Trinidad? Si no la han hecho les invito a hacerlo. Desde
la primera vez que la vi, cuando mi compañera Monique me
invitó a visitarla, sentí algo especial en mí.
Sí, los ojos de uno de los tres personajes (creo que es
Jesús) me devoraban, me interpelaban y me quemaban el corazón.
Desde cualquier posición en la capilla, me encontrase de
pie o sentada, sus ojos me atravesaban el corazón. Sí,
estaba convencida que quería decirme algo. Pero no sabía
qué.
Los primeros días de la Asamblea, cuando estábamos
sopesando las necesidades de nuestro mundo y de nuestra realidad
en CVX, me identificaba completamente con el personaje de Abraham
o Sara tratando de escuchar la voluntad de Dios. Como este personaje,
me sentía y me siento todavía dispuesta y pronta
a acoger su palabra.
Cuando los padres volken y Fitzpatrick hablaban de la intervención
de las ONG y de las NU ante los problemas del mundo, me sentía
impotente, aunque ellos están convencidos de que como comunidad
mundial, podemos ejercer una cierta influencia política.
Me siento exactamente como el personaje postrado por tierra. Representa
toda mi pobreza y pequeñez.
Por eso pongo toda mi confianza en El. Si el Señor pudo
dar un hijo a Sara, a pesar de su edad, podrá también
transformarme a mí en particular (y a la CVX en general)
para hacer de mí y de todos nosotros un instrumento suyo.
En mi oración personal le he dicho: "Aquí estoy
Señor, tomadme en vuestras manos tal como soy, moldeadme,
todo lo que deseo es pertenecer a vos cada vez más".
Los días van pasando, nuestro taller sobre el desarrollo
de la vida cristiana ha trabajado muy bien, a mi parecer. Hemos
añadido, quitado, re-estructurado nuestras ideas, llevado
nuestro discernimiento hasta el final. Todo ello ha supuesto un
aprendizaje muy enriquecedor para mí. Personalmente, estoy
muy satisfecha de los resultados de nuestro taller. Creo que tengo
ya una idea bastante clara de lo que tengo que hacer de vuelta
en mi comunidad, como responsable del comité de formación.
Cuando voy ahora a la capilla de la Santa Trinidad, la mirada
de Jesús no es como antes. En su mirada, veo la confianza
que deposita en mí y hasta una cierta alegría en
su rostro. Por último, aprovecho esta ocasión para
agradecer a los miembros de la CVX-Canadá que nos han apoyado
con la oración y económicamente, así como
a todos ustedes aquí presentes. Gracias a ustedes estoy
viviendo una experiencia maravillosa de la comunidad mundial".
(Chris): "Ahora les invito a unos momentos de oración
personal, reflexionando sobre los siguientes puntos:
¿Cómo he sido trasformado por esta Asamblea Mundial?
Cuando miro a Jesús en los ojos, ¿qué siento?
¿Qué me está diciendo Dios?"