LA INICIATIVA DEL APOSTOLADO SOCIAL

1995-2005 EN LA COMPAÑÍA DE JESÚS

Están ustedes a la escucha de la voluntad del Señor para definir su misión, y entre los cuatro sectores sobre los que oran y reflexionan han retenido el de "Cristo y la realidad social". Yo quisiera compartir con ustedes un proceso que la Compañía de Jesús comienza actualmente en su deseo de cumplir mejor su misión de trabajar por la justicia y servir a los pobres, proceso al que damos el nombre de ""Iniciativa del Apostolado Social".

Pidieron ustedes al P. Michael Czerny, secretario del apostolado social en Roma, que viniera a hablarles de este aspecto de la misión de la Compañía. Por desgracia, cuando lo hicieron, el P. Czerny estaba ya comprometido con otros encuentros en varios continentes y no pudo darles satisfacción. Me encargó que les dijera de su parte lo mucho que siente no poder estar aquí con ustedes. Yo tuve la alegría de seguir de cerca esa iniciativa en el plano europeo y me siento dichoso de compartir con ustedes lo que hemos vivido hasta ahora, la riqueza del proceso iniciado y las esperanzas que suscita en nosotros.

Nuestra búsqueda puede iluminar la suya, y a su vez lo que consigan ustedes en la búsqueda de su misión nos iluminará a nosotros. Veo que, entre los puntos interesantes del tema "Cristo y la realidad social", se cita "la Companía y la CVX, juntos al servicio de los pobres". Es de desear que este intercambio desemboque en una mayor colaboración concreta en el plano de los compromisos locales, entre miembros o comunidades CVX y jesuitas, para ayudarnos unos a otros a seguir al Señor y servirle en sus pobres.

En la gracia que recibimos en Hongkong aparece explícitamente el llamamiento a una honda conversión a Cristo pobre y humilde, a los pobres y oprimidos, y el compromiso en el servicio a la justicia y paz. Como comunidad, pues, en todos los niveles, están ustedes en camino, y sin duda han avanzado ya mucho. Antes de hablar de la Iniciativa del Apostolado Social, quisiera volver a recorrer muy brevemente con ustedes algunas de las etapas del camino que unos y otros hemos podido ya andar.

Su experiencia como Comunidad Mundial les permite conocer la inmensidad de las situaciones de pobreza y miseria , las múltiples formas de injusticia y las dramáticas situaciones que viven tantos hombres y mujeres. El sistema económico neoliberal que se está generalizando apunta al éxito de los ricos y fuertes, es decir, de quienes detentan el poder. No hay lugar para pequeños ni pobres que en tal sistema son inútiles, están de sobra. En el Norte como en el Sur, en todos los países, se multiplican las formas de pobreza y exclusión. Esta situación de grave ofensa al Señor y a la perla de su creación, el hombre y la mujer, es una cuestión radical para nuestra fe y un reto para nuestra vida , tanto personal como comunitaria, y para nuestra manera de anunciar el Evangelio.

En la Iglesia, en nuestras Comunidades, el Espíritu del Señor nos ha ya concedido la gracia de avanzar mucho para seguir descubriendo una y otra vez el camino de la opción evangélica por los pobres y el de la promoción de la justicia. Por todo esto podemos dar gracias al Señor.

Sabemos que es ése un camino fecundo y que da mucho fruto . Los pobres nos evangelizan de veras; nos permiten descubrir incesantemente el profundo sentido del Evangelio: una Buena Nueva para los pobres. Trabajar por la justicia del Reino, servir a los pobres, acercarnos más a ellos, ser "su prójimo": he ahí la inmensa gracia que pedimos y recibimos. Es un camino del que no podemos desviarnos ni salirnos sin renegar de nuestra identidad cristiana, un camino, también, en el centro de la identidad y espiritualidad ignacianas.

Es además un camino difícil y exigente: el combate por la justicia , que afecta a los poderosos y ricos, será siempre fuente de un sinfín de incomprensiones, conflictos y rupturas. Las resistencias y oposiciones existen primero en nosotros mismos: la pobreza del pobre no es atractiva. El mundo y los medios de comunicación nos lo dicen y repiten: ¡Ay de los pobres! ¡Ay de los excluidos y marginados! Y los acusan de todos los males de la tierra. Nuestros egoísmos y riquezas nos alejan también de ellos. El camino de la justicia y de los pobres es largo, muy largo, y está hecho de valor y fidelidad; en él toparemos siempre con la incomprensión, pues la justicia del Reino es mucho más integral y radical que la mera justicia de los hombres

Pero ese camino es también camino de alegría, camino del Reino. Hemos ya sentido y experimentado la bienaventuranza de los pobres en el Reino del Padre, Reino que es para nosotros la auténtica realidad de nuestra vida y de nuestra tierra. Bienaventurados los pobres, porque de ellos es el Reino de Dios, y bienaventurados igualmente nosotros cuando nos hacemos pobres, cuando vivimos más cerca de los pobres y somos su prójimo.

Les hablaré ahora de la Iniciativa del Apostolado Social.

La expresión "apostolado social" se refiere a la gran variedad de experiencias y obras apostólicas que tienen lugar en los campos social y cultural. Su sentido es muy amplio y designa un convivir , una atención compartida y analizada al sufrimiento, la injusticia y la pobreza. No especifica ni excluye ninguna actividad o enfoque particular: ni los más directos junto a los pobres y con ellos, ni los más intelectuales de formación y estudios. Conocéis ya, como yo, las muchas y diversísimas obras sociales de la Compañía y de compañeros jesuitas en todas las regiones del mundo, pobres o más ricas.

La Iniciativa es un proceso actual

En la alocución que pronunció en el congreso de Nápoles, de la que ustedes tienen un resumen, el P. Kolvenbach nos decía: "El clamor apasionado, insistente y urgente de los pobres llevó a la Compañía a redactar el decreto IV de la CG 32." En ese decreto, la misión de la Compañía se define como "servicio a la fe, una de cuyas exigencias absolutas es la promoción de la justicia". El decreto IV tuvo un gran impacto, al renovar notablemente la actividad apostólica de la Compañía y la Compañía misma.

Mas en veinte años la situación ha cambiado mucho, sobre todo desde 1989. En 1995, pues, la CG 34 reafirmó "la misión única del servicio a la fe y a la promoción de la justicia"; pero hay ya una conciencia nueva de otras dimensiones de la lucha por la justicia, en particular "la proclamación inculturada del Evangelio y el diálogo con otras tradiciones religiosas". ¿Cómo influyen tales cambios en nuestra labor por la justicia?

Así nació la Iniciativa del Apostolado Social a raíz de la CG 34, es decir, a mediados de 1995. La cuestión principal era: ¿Cómo llevamos nosotros, los jesuitas, la justicia del Evangelio a la sociedad y a la cultura? Acá y allá, poco a poco, unos cuantos compañeros comprometidos en el apostolado social comenzaron a responder a esa pregunta sobre el porqué, el horizonte, los elementos, el método y las esperanzas de nuestro apostolado social.

Entre mediados de 1995 y principios de 1997 hubo más de treinta encuentros en todo el mundo. Los resultados enviados a Roma se confiaron a un grupo internacional de trabajo, del que surgieron los temas principales de un congreso internacional centrado en tres grandes puntos: espiritualidad y proyecto de nuestro apostolado social (el porqué); contextos en que trabajamos (¿dónde trabajamos y vivimos?); medios y métodos que empleamos (¿cuál es nuestro modo de proceder?)

En junio de 1997, éramos 160 venidos de todos los rincones del mundo para reunirnos durante una semana. Había allí una inmensa riqueza de tradiciones, culturas, y expresiones religiosas o espirituales. Fue un tiempo intenso de encuentros, intercambio de experiencias, escucha y reflexión sobre la diversidad y complejidad de nuestro apostolado social. Gradualmente fueron surgiendo cuestiones, convicciones, modos de obrar y actitudes comunes que darían origen a nuestro compromiso con los pobres, a nuestro vivir y trabajar con ellos , y que parecían ser otras tantas razones para seguir adelante.

Gracias a una gran labor de síntesis por parte del P. Michael Czerny, secretario del AS en Roma, los primeros resultados de nuestros intercambios y reflexiones pudieron plasmarse en un vídeo, "El apostolado social: ¿Por qué?", y un documento intitulado "Características del apostolado social de la Compañía".

Así como en 1982 se publicaron las "Características de la educación jesuítica", que son una referencia común en ese campo apostólico, así también a fines de 1999 o principios de 2000 , el P. General espera poder promulgar de manera oficial una edición más permanente de las "Características del apostolado social", que podrá entonces utilizarse en talleres, reuniones y grupos de estudio, cursos , y también en días de oración , retiros o ejercicios espirituales. Al fin y al cabo, lo que importa no es tanto conocer intelectualmente las "Características" como integrarlas espiritualmente, interiorizarlas para que nos ayuden a ponernos de modo concreto al servicio de los pequeños y de los pobres, en los que Cristo es alabado y servido.

Vídeo y Características

El vídeo "Apostolado Social: ¿Por qué?" ( tengo aquí una versión en inglés, español y francés) no es una crónica ni un documental sobre el Congreso de Nápoles. Presenta algunos aspectos del apostolado social tal como existe hoy, a finales de los años noventa, y las cuestiones que nos plantea. Es, pues, ante todo, un instrumento de reflexión y diálogo.

En cuanto al documento "Características del Apostolado Social jesuítico" (100 páginas en inglés; las traducciones al francés y al español estarán disponibles próximamente, si no lo están ya), tampoco es una descripción de todo lo que hacemos ni, menos todavía, una doctrina. Pero en Nápoles nos percatamos de que había maneras particulares de abordar los problemas y de que tenemos convicciones, cuestiones y tensiones comunes. Las "Características" nos invitan sobre todo a compartir una visión de conjunto sin olvidarnos de ningún aspecto importante del apostolado social. Su finalidad es ayudarnos a unificar la gran variedad de nuestras iniciativas en este apostolado. Al igual que los Ejercicios Espirituales, deben ser en primer lugar una guía y un estímulo para la reflexión personal o en grupo.

Estos dos soportes son provisionales. Son ante todo instrumentos de trabajo destinados a los jesuitas y a las comunidades del apostolado social, así como a todos aquellos con quienes trabajamos y que nos ayudan en este ministerio. También, pues, va dirigido a ustedes, Comunidades CVX, que tratan de profundizar en la dimensión social de su misión.

Veamos ahora los principales temas de las "Características". Hay que decir, con todo, que su originalidad reside menos en el contenido mismo, por interesante que pueda ser, que en los interrogantes que nos formula sobre algunos puntos importantes, típicos de nuestro apostolado social.

Las "Características" se dividen en cinco partes: 1) la espiritualidad que nos inspira; 2) lo que hacemos y vivimos; 3) los elementos constitutivos de nuestro trabajo; 4) nuestro modo de proceder; y 5) las razones de nuestra esperanza.

  1. ¿Qué nos inspira? Nuestros orígenes.

Como para san Ignacio y los primeros compañeros, el deseo de seguir a Cristo pobre es lo que nos hace amigos de los pobres. Hay una paradoja en los pobres: sufren inmensamente y... Jesús los proclama bienaventurados. Esta paradoja es para nosotros provocadora. Experimentamos una mezcla de indignación y ternura, a la que damos el nombre de "compasión", que nos vincula a ellos. Los EE. EE., las Constituciones, los documentos de las CG y toda la doctrina social de la Iglesia intensifican la compasión que sentimos y vivimos con ellos.

  1. ¿Qué estamos haciendo y viviendo?

Lo esencial para nosotros y lo que define nuestra misión no es tanto el hacer esto o lo otro como una cuestión de disponibilidad, solidaridad y compromiso de toda nuestra vida. Como antes veíamos, ninguna actividad es específica o está excluida del apostolado social. Hay un catálogo que pone bien de manifiesto toda su diversidad.

Hemos sentido también que el modo y lugar de nuestra vida comunitaria es igualmente indispensable para nuestro apostolado, al ayudarnos a permanecer fieles y a discernir según el "magis".

La respuesta a la pregunta "¿Qué hacemos y cómo vivimos?" puede reducirse a una triple amistad: amigos del Señor, amigos de los pobres, amigos en el Señor.

  1. ¿Cuáles son los elementos de nuestro trabajo? Se retuvieron tres principales aspectos que resumo aquí al máximo.

Lectura de la situación. Hemos de entender bien por qué los pobres sufren lo que sufren. No nacieron pobres, pero se empobrecen sin cesar. La realidad es compleja; de ahí la importancia de los análisis cultural, económico, político y religioso, análisis pluridisciplinarios, llevados a cabo en equipo y aun a veces con las propias personas interesadas.

Promoción del trabajo. Para ser más eficaces, fomentaremos el trabajo en equipo y en forma de redes que vayan ampliándose, desarrollando al mismo tiempo nuestra capacidad de evaluación y planificación.

Consolidación del apostolado social. La CG 32 nos decía que la promoción de la justicia "debería ser la preocupación de toda nuestra vida y una dimensión de todos nuestros esfuerzos apostólicos". Se trata sobre todo de "no dejar la promoción de la justicia en manos de los especialistas". El apostolado social debe, por tanto, estar en el centro de la misión apostólica de cada Provincia.

  1. ¿Cómo procedemos?

Huelga decir hasta qué punto el discernimiento es una característica importantísima y vital de la labor social ignaciana.

Existen tensiones permanentes; son otros tantos caminos para avanzar en el "magis". Las más frecuentemente citadas son: visibilidad o discreción; "cabeza" o "pies"; carisma o institución. Todas ellas pueden resumirse así: un trabajo por la justicia, o como Buena Nueva o como cambio social efectivo.

  1. ¿Por qué conservamos la esperanza?

La esperanza real para el hombre y el mundo es un don, fruto de nuestro amor a Cristo pobre y de nuestra compasión por sus pobres. Un trabajo bien hecho al servicio de los pobres del Reino, como prolongación de nuestra fe, hace que renazca perpetuamente en nosotros la esperanza. Y podemos aquí apoyarnos en el ejemplo de nuestros compañeros mártires.

La solidaridad y compasión para con los pobres y el vivir entre ellos han evangelizado y convertido a no pocos de nosotros. Al "centrarse de nuevo" en el servicio a la fe y la promoción de la justicia, con motivo de la CG 32, en 1975, la Compañía volvió a descubrir su misión en el mundo de hoy y el corazón mismo de su espiritualidad propia, centrada en Cristo pobre y servidor de los pobres.

La Iniciativa del Apostolado Social es una gran empresa de reflexión y discernimiento para mejor responder a los nuevos desafíos del trabajo por la justicia. Hay ya ricas experiencias de apostolado social iniciadas y llevadas adelante por miembros o Comunidades de Vida Cristiana. A partir de esas experiencias de unos y otros, que debemos compartir, hemos de promover juntos acciones concretas, con el común deseo de servir al Señor a través de sus pobres.